Llevamos mucho tiempo exigiéndole a la Tierra que nos proporcione todo lo que necesitamos para sostener el mundo consumista en el que nos encontramos. Y eso es lo que ha provocado que la situación en el planeta empiece a ser límite. Necesitamos tener sistemas que nos permitan mantener el nivel de vida sin que tengamos que estar continuamente dilapidando recursos y manteniendo emisiones contaminantes a una atmósfera que ya está bastante degradada. Nos tenemos que dar cuenta que tenemos que vivir de otra manera porque, de lo contrario, vamos a pagarlo caro. Y no en el futuro, sino desde ya. Podemos evitarlo. O, como mínimo, hacer que las consecuencias no sean tan devastadoras.
Es necesario que nos concienciemos al respecto de lo que necesita nuestro planeta para mejorar su estado de salud. Lo primero que debemos tener en cuenta es que tenemos un problema porque, cuando tenemos eso en cuenta, es cuando somos conscientes de que hace falta una solución. En este sentido, me preocupa recientemente la sensación que tienen los jóvenes al respecto de un tema como del que estamos hablando. Una noticia publicada en la web del diario El País aseguraba que el 40% de los jóvenes creía que la crisis ecológica se estaba exagerando, algo que me preocupa y me molesta porque no es verdad en absoluto. La crisis ecológica es real como la vida misma y no podemos permitir que la desinformación cale entre los más jóvenes.
Siempre he creído que, para que cale una ideología o una pasión por algo, son elementales los referentes que podamos tener en relación a esa materia. Es imposible que pasemos a defender algo si no tenemos una referencia de alguien que lo haya defendido a capa y espada, que haya liderado un movimiento al respecto. Los referentes son necesarios en esta vida y la verdad es que, en lo que tiene que ver con la materia ecológica, son necesarios. Muy necesarios. Y es que había muy pocos precedentes en materia de defensa medioambiental hasta la llegada de una primera generación de líderes en este sentido. Por tanto, a los que hay tenemos que cuidarlos.
Construir referentes en un asunto como este es algo que no es nada fácil porque en buena medida tienes que contar con la prensa para ello. Puede haber una persona que esté muy concienciada y que haga un montón de acciones en pos del cuidado del medioambiente, pero si no cuenta con repercusión en las televisiones, en periódicos o en redes sociales, está claro que sus acciones no van a llegar a la gente, que no va a ser una persona conocida. Por tanto, no solo es necesario trabajar para cuidar del entorno, sino tener la fortuna de que haya alguien que se convierta en un símbolo y que pueda servir de referencia para que el mensaje se traslade de generación en generación y que haya más gente que se sume a la causa.
¿Quiénes son esos referentes que están abanderando la lucha contra el cambio climático en los tiempos en los que nos encontramos y cuál es su valor? Un interesante artículo publicado en la página web de Iberdrola responde a este tipo de cuestiones. Los nombres propios son los de Greta Thunberg, Leonardo DiCaprio, Inger Andersen, William Nordhaus, Stella McCartney, Jane Fonda o Sebastiao Delgado. Se trata de un grupo de gente dedicada a diversas labores, que es más o menos famosa y que ha hecho distintas acciones o liderado proyectos que han tenido como objetivo construir un mundo en el que, de una vez por todas, el planeta y su salud hayan sido puestos en el centro.
Personas como las que acabamos de mencionar han tenido un impacto muy grande en la sociedad con sus acciones. Han aprovechado el gran número de seguidores que tienen en redes sociales y el espacio que les concede la prensa para concienciar, para desarrollar acciones que han tenido un impacto muy grande en el cuidado del medioambiente y para, en definitiva, hacer que este sea un mundo, un poquito mejor. Son referentes y, como tales, podríamos decir que han jugado un papel muy importante en el desarrollo de una sociedad más verde y que garantice un futuro, al menos un poquito mejor que el que se avecinaba en caso de que no hubiera habido políticas medioambientales de ningún tipo.
¿Qué manera existe de que potenciemos todavía más la figura de los referentes medioambientales para que sus acciones tengan un calado más hondo en la sociedad? Una manera de hacerlo es haciendo que su imagen física sea bien visible, que haya monumentos, esculturas y demás espacios dedicados a ellos para también agradecerles todo lo que han aportado a la sociedad actual. Nos cuenta Eugeni Cabiró, de Cabiró Art, una entidad dedicada a la realización de retratos por encargo a través de técnicas tan diversas como los retratos al pastel, al carboncillo, a lápiz o al óleo, que son muchas las instituciones públicas que han encargado retratos de alguna de las personas que hemos mencionado más arriba precisamente con ese fin, el de que su obra en pos del cuidado del planeta se conozca todavía más.
¿Está sirviendo de algo? Por supuesto que sí. Grano a grano se hace granero, así que el hecho de que estos retratos se estén incorporando en lugares y edificios públicos está haciendo que la gente se pregunte quiénes son este tipo de personas y qué es lo que han hecho para que se les haya obsequiado con un espacio ahí. Esto, sumado a esas apariciones en medios y esos contenidos que estas propias personas hacen en redes sociales, está haciendo posible que encontremos una manera de pelear por la salud del planeta y poner medios a problemas como la contaminación, la deforestación, el uso de materias primas de un solo uso, el deshielo de los polos y la degradación de la capa de ozono.
Una lucha que no ha de cesar
Hay que hacer todo lo posible por mantener la lucha contra el cambio climático más viva que nunca. Tenemos a nuestro favor que están todos esos referentes de los que os hemos hablado generando información e impactos al respecto, pero también debemos estar alertados ante el peligro de que hay mucha desinformación, especialmente en lo que respecta a las redes sociales y determinadas cuentas que operan en ellas. No cabe la menor duda de que este es uno de los grandes peligros que existen en materia social, tanto en medioambiente como en política, y hay que tomárselo muy en serio.
Y es que el asunto es muy serio. Todos los informes de los científicos que están trabajando en la materia informan de que la degradación de nuestro entorno es un hecho y que son necesarias acciones específicas desde ya mismo para intentar revertir la situación. De hecho, hay algunos de ellos que señalan que la situación ya es irreversible y que lo que podemos hacer, como mucho, es retrasar el deshielo total de los polos, la ruptura total de la capa de ozono y todos esos males que van a ocasionar un problema muy grande para la vida humana en el planeta que hoy habitamos.
Lo cierto es que nadie debería decirnos cómo se encuentra nuestro planeta porque deberíamos ser nosotros mismos quienes lo supieran de primera mano. Pero, teniendo en cuenta las dificultades que hay para que eso sea así, no está de más que haya voces que se encarguen de comentarnos que la Tierra está pasando por un momento delicado y que es más necesario que nunca que todos y cada uno de nosotros demos lo mejor que hay en nuestro interior para hacer que esta casa, que es la casa de todos y todas, sea más habitable y nos pueda hacer mucho más felices mientras evita que padezcamos las consecuencias de, por ejemplo, una incidencia directa de los rayos ultravioletas del Sol.
No hay nadie que tenga que permanecer ajeno a una lucha como de la que estamos hablando. Cada persona tiene que aportar su granito de arena, pero es que esto tampoco lo podemos centrar en el plano individual. Debemos hacerlo propio con el colectivo, con el que afecta a las empresas y a las instituciones públicas, que tienen un eje de actuación muy interesante en ambos casos y que pueden hacer muchas cosas por el cambio que estamos demandando. Que desde esas áreas se trabaje en la mejora del cuidado del medioambiente será fundamental para que esta misión tenga éxito. De lo contrario, lo tendremos todavía un poquito más difícil.
Es el momento más determinante que recordemos lo que respecta a la lucha de la que estamos hablando. Si somos capaces de tomarnos en serio este asunto tanto como merece, vamos a ser capaces de proponer soluciones que sean óptimas para el estado de salud en el que se encuentra el planeta. Pero tenemos que ir todos a una. No podemos permitirnos que haya gente que dude de si la Tierra está tan mal como dicen o no. Todos debemos saber que, en efecto, la situación es mala y hay que mejorarla.








