Inmunizados

Nuestra sociedad ahora mismo parece inmune al mal ajeno. Vemos diariamente en las noticias a niños y niñas muriendo de hambre, a familias en la calle y ancianos desamparados, pero conforme acaba la noticia y empieza la siguiente olvidamos por completo lo que hemos visto. Nos han metido tantas imágenes tristes por los ojos, casi todas llenas de morbo para vender más y más, y lo han hecho con tanta asiduidad que nuestra mente se ha inmunizado contra ellas y eso, queridos lectores, es muy peligroso.

¿Qué pasará el día que hasta el más comprometido con la sociedad vea a un niño muriendo de hambre y no se sorprenda? ¿Qué pasará el día que hasta la ONG más activa vea un poblado tercermundista en cualquier país subdesarrollado totalmente desamparado, sin agua ni alimentos, y crea que eso entra dentro de la normalidad? Ese día será el día en el que habremos acabado con la poca humanidad que queda en los países desarrollados, ese día será el primer día de nuestro propio apocalipsis. No podemos mirar hacia otro lado, no podemos hacer como que no está pasando y no podemos inmunizarnos, así de sencillo. Al menos no podemos hacer nada de eso si queremos seguir siendo una sociedad con un mínimo de ética y… ¿por qué no decirlo? Sentimientos.

Hoy he aplaudido a una comunidad de vecinos que no ha dudado en arreglar el tejado de una familia que, tras años de duro trabajo, lo había pedido todo. Imaginad la situación: una familia trabajadora, que vive en una casa de campo a las afueras de una ciudad, que siempre ha tenido todo lo que necesitaba y que se ha ganado hasta la última miga de pan que caía en sus manos, una familia que ahora, tras varios años con todos sus miembros en el paro, se ve obligada a vivir bajo goteras y humedades que enferman, día sí y día también, a los más pequeños. “No hay un solo día en el que mis hijos no estén constipados”, decía la madre con los ojos llenos de lágrimas, “pero si arreglamos el tejado, no comemos en dos meses”. Así de duro, así de cruel.

Un rayo de humanidad

¿Cómo podemos tener vecinos en esas condiciones? Personas que han vivido a nuestro lado durante años, a los que conocemos, a los que tenemos incluso cariño… ¿cómo podemos ver eso y no intentar ayudar? Pues hay cientos… miles de familias en una situación similar que no reciben ayuda de nadie, ni de particulares ni del Estado, pero esta familia tuvo la dicha de tener vecinos con mucha más humanidad  de la que suele tener la media en este país y, para su grata sorpresa, se pusieron en contacto con esta empresa de reparación de tejados en Madrid que ajustó al máximo el presupuesto (incluso puede que perdieran dinero) para poder solucionar los problemas de esta familia. Si seguís el enlace que os he puesto comprobaréis que se trata de la empresa Cubiertas Estévez, a quienes, desde ahora, pienso seguir y recomendar.

Pero no todos los días se ve algo tan bonito como eso. Normalmente lo que vemos con esas noticias de las que hablábamos antes y ante las que ya estamos tan inmunizados que giramos la cabeza para mirar hacia otro lado. No nos causan dolor, no nos causan asombro, ya… hasta nos da igual. Como ocurre con los refugiados… ¿queréis saber qué ayudas tienen cuando llegan a España? Estas son las ayudas que recibe un refugiado al llegar a nuestro país:

  • Seis meses en un centro de acogida
  • Seis meses de ayudas para alquilar una vivienda
  • Seis meses de ayudas de manutención

¿Y sabéis cuántas familias reciben esas ayudas? Menos de la quinta parte de lo que nuestro Gobierno prometió. Pero ¿sabéis qué? Podemos seguir mirando hacia otro lado , podemos seguir inmunizándonos viendo noticias de catástrofes lejanas que parece que vayan a tocarnos nunca… ¿o no? ¿o podemos hacer algo para cambiar un poco el mundo? Un grano de arena no hace montaña, no, pero muchos…. tal vez sí.

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