Restaurar, tapizar, reciclar son prácticas que están marcando tendencia en la decoración y en el hogar. Muchas personas se deciden a darles una nueva vida a los muebles antiguos. Es una manera de cuidar el planeta y también nuestro bolsillo. Te contamos cómo puedes hacerlo.
Frente a la tendencia de artículos de vida reducida, de productos de usar y tirar, en la sociedad actual se está abriendo paso la inclinación hacia la reutilización. Un enfoque encaminado a darle una nueva utilidad a objetos que se han quedado obsoletos o cedérselos a otras personas, cuando nosotros ya no los utilizamos.
Lo estamos viendo en una amplia gama de productos, como por ejemplo la ropa. Con esas aplicaciones de venta de productos de segunda mano, que tanta popularidad han alcanzado. Una actitud que choca con el “Fast Fashion”, la moda rápida imperante.
Para los muebles antiguos, esta actitud tiene mucho potencial. Estamos hablando, muchas veces, de muebles fabricados con madera maciza, hechos para durar. Muebles que con el mantenimiento adecuado pueden pasar de generación en generación.
A eso se le une el estilo “vintage”, atractivo para muchas personas. Una forma de reivindicar el pasado, o al menos cómo lo entendemos en la actualidad, y llevarlo al presente.
Son increíbles las posibilidades que tiene restaurar un mueble antiguo. Con una capa de pintura tiza, podemos transformar un aparador de los años 60 en un mueble completamente distinto. Con un aire fresco y actual.
La reutilización de muebles tiene mucho de “Hazlo tú mismo”. Ayuda a sacar tu creatividad y aumenta tu autoestima. Te sientes orgulloso del resultado final, porque el mueble restaurado es fruto de tu trabajo.
Es cierto que restaurar un mueble sale más barato que comprar un mueble nuevo de la misma calidad. Pero ese dinero que te ahorras lo sustituyes por horas lijando, pintando, barnizando.
Hay personas que no son muy hábiles en los trabajos manuales, pero, por suerte, existen estupendos profesionales y artistas que pueden transformar por completo tu mueble.
Esto es lo que puedes hacer para darles una vida nueva a los muebles antiguos.
Restauración.
La restauración es una tarea que consiste en devolver la apariencia y la funcionalidad original al mueble. Para ello, debemos solucionar todos los desperfectos y daños que hayan podido causarles el uso y el paso del tiempo.
El blog de la cadena de tiendas para bricolaje Bauhaus nos da algunas orientaciones para abordar la restauración de un mueble antiguo.
Lo primero que debemos hacer es inspeccionar la pieza al detalle. Mirarla por delante, por detrás, por los lados. Abrir los cajones, las puertas. Detectar áreas dañadas y herrajes estropeados… Este paso previo determinará el trabajo que haremos después.
A continuación, todo mueble que vayamos a restaurar, debemos limpiarlo en profundidad. Para ello no hace falta emplear ningún producto especial. Basta con pasar una bayeta humedecida con agua y jabón neutro. Eso sí, no debemos dejarnos ninguna parte sin limpiar. Incluyendo bordes y adornos.
Otro paso importante es eliminar la cobertura del mueble. El barniz o la pintura que lo cubre. Para ello suele bastar con darle un buen lijado a la superficie, aunque hay algunos acabados que requieren el empleo de decapantes para removerlos.
Es importante detectar posibles áreas afectadas por la carcoma. En la actualidad encontramos muchos productos en el mercado para tratarla. Debemos seguir las instrucciones del fabricante.
Debemos arreglar las partes del mueble que hayan quedado debilitadas o estropeadas: Fondos que quedan sueltos, cajones que se están desmontando. La madera que se ha roto por golpes o por arañazos, la podemos reparar con masilla.
Ahora debemos quitarle todos los herrajes y pintar el mueble, pieza por pieza, con la pintura adecuada.
Tapizado.
El tapizado es una técnica antigua que ha permitido alargar la vida útil de muebles como los sofás, las sillas y los sillones. Los tapiceros de Mendoza Olmo, un taller y tienda de decoración de Madrid, operativo en el barrio de la Arganzuela desde 1980, señala que además permite integrar los muebles en la decoración del hogar, creando experiencias de diseño visualmente atractivas.
Es, precisamente, ese potencial estético, lo que ha llamado la atención de muchos diseñadores de interiores, para utilizar este oficio artesanal que se remonta siglos atrás, como un recurso valioso para crear ambientes armónicos. Y es que el tapizado, una de las ventajas que tiene, es que es altamente personalizable.
Vamos a coger el ejemplo de un sofá. Si queremos cambiar de manera radical, la decoración de un comedor, o buscamos un sofá que encaje en la paleta de colores del nuevo salón, o tapizamos el que tenemos.
Si optamos por cambiar el tapizado, podemos usar la misma tela para tapizar sillas, pufs, etc. Creando una coherencia y un elemento de continuidad en el salón.
Al decorar cualquier habitación de la casa, utilizamos una paleta de colores que como mucho abarca 5 o 6 colores diferentes. En esa paleta tenemos un color base o predominante que va a ser el mayoritario en la decoración. Suele tratarse de un color neutro, como el blanco, el beige; ya que aporta luminosidad a la estancia.
Por otro lado, tenemos un color de contraste o color disruptivo. Un elemento que rompe la uniformidad y aporta personalidad a la decoración. El rojo sobre blanco, y el negro sobre blanco (entendiendo rojo y negro como color de contraste) son combinaciones bastante utilizadas en la actualidad.
Para crear un buen efecto visual, el tapizado de nuestro sofá debe estar alineado con el color base o con el color de contraste.
Reutilización.
Hay personas que confunden restauración con reutilización. La reutilización consiste, en lo que se refiere a muebles, en darle una nueva utilizada al artículo. En ambos casos, el mueble debemos dejarlo en perfectas condiciones de uso, lo que implica reparar daños y darle un repintado al objeto. Pero, por lo general, la reutilización demanda de nosotros una mayor creatividad que una sencilla restauración.
El blog de la marca de muebles Kibuc pone en valor el potencial que entraña la reutilización de muebles antiguos. Por ejemplo, un escritorio compacto de mediados del siglo XX, lo podemos transformar en un moderno tocador, cambiándole la apariencia y añadiéndole algunos elementos.
Una vieja consola de un dormitorio antiguo, la podemos convertir en un bonito aparador para la entrada o para el salón, con unos pequeños cambios.
Para emprender una reutilización debemos empezar por una inspección visual del mueble, pero ya no solo para evaluar su estado, que por supuesto es necesario, sino para estudiar todas las posibilidades que nos ofrece el objeto y analizar si encaja en el proyecto que queremos llevar adelante. Si es posible hacer esa transformación.
Para la reutilización tenemos muchos recursos a nuestro alcance: el cambio de patas y fornituras, el empleo de textiles, la concepción modular, que consiste en transformar muebles en módulos o piezas de un diseño más amplio.
Con la reutilización podemos combinar elementos nuevos con antiguos. Añadir al mueble que estamos trabajando complementos o piezas actuales que acabamos de comprar.
Esta técnica requiere de nosotros un enfoque más amplio. Una visión de la decoración en su conjunto. Sin quedarnos en el mueble en concreto. La reutilización es tan amplia como lo que alcance nuestra imaginación.
Beneficios para el medioambiente.
Darles una nueva vida a los muebles antiguos es beneficioso para el planeta. En tanto en cuanto reducimos la cantidad de residuos de manera considerable y no malgastamos los recursos del planeta. Estos son algunos beneficios medioambientales que vale la pena reseñar:
- Disminución de la tala de árboles. Al reutilizar muebles de madera, se evita talar árboles para fabricar muebles nuevos, ayudando a proteger bosques y ecosistemas naturales.
- Reducción de la huella de carbono. La fabricación de muebles nuevos implica transporte, maquinaria y procesos industriales que emiten CO₂. Reciclar y restaurar muebles consume menos energía y reduce las emisiones de gases contaminantes.
- Menor consumo de energía y agua. Producir un mueble desde cero requiere una gran cantidad de energía y agua. En cambio, restaurarlo requiere mucho menos, lo que contribuye al ahorro de estos recursos clave.
- Fomento de la economía circular. Prácticas como estas se alinean con el modelo de economía circular, que promueve el aprovechamiento de los materiales durante el mayor tiempo posible, reduciendo el impacto ambiental.
- Disminución del uso de productos químicos. Reutilizar muebles antiguos evita los procesos industriales que a menudo implican el uso de barnices, pinturas y colas tóxicas que pueden liberan gases y sustancias dañinas para el medio ambiente.
- Conciencia ecológica y de sostenibilidad. Apostar por la restauración del mobiliario promueve una cultura de consumo responsable, que valora la durabilidad de las cosas y el respeto por el cuidado del planeta.
En temas ecológicos, los ciudadanos nos hemos concienciado de lo importante que es que cada uno de nosotros pongamos nuestro granito de arena. Esta es una manera de hacerlo, de una forma humilde, sencilla. Cada uno desde nuestro hogar.
Por eso, si te estás planteando cambiar la decoración de tu casa, darle una nueva vida a los muebles antiguos es una opción interesante a valorar.