Técnica y arte de la escultura

Una buena obra de arte no deja indiferente a nadie. Apreciar la belleza de una pieza es algo que todos podemos hacer en un determinado momento y ante cierto tipo de obras. Lejos del entendimiento a nivel experto, la evidencia que reflejan las obras de arte más simples (dentro de la extrema complejidad que conlleva su creación), resulta tan atractiva como bella. Hablamos de pinturas o esculturas poco rebuscadas o con doble sentido. Aquellas en las que ves lo que ves y no hay más. Tan solo, belleza.

Nadie puede negar la belleza de esculturas como el David de Miguel ángel, como ejemplo de lo que quiero decir. Puede o no puede gustarte la escultura, la pintura o cualquier medio de expresión artística, pero ante algunas muestras, todo el mundo queda atrapado. Si eres de los que se deja atrapar y uno de esos a quienes gusta el arte, sigue leyendo. No vamos a hablar de arte en sí, sino de cómo llegar al mismo, a través de la escultura. Es decir, las técnicas necesarias para poder esculpir tu propia obra de arte.

A la hora de realizar una obra de arte, la elección del material de partida resulta una de las decisiones de mayor importancia e interés para el escultor. De esta decisión, se obtendrá un resultado que vendrá determinado por la misma. Tanto el aspecto como la textura de la obra resultante, van de la mano del material con el que se realice. Por lo que podemos asegurar que no se trata de una decisión que se haga al azar, pues conlleva una reflexión sobre lo que se quiere contar con la escultura.

La materia prima, ingrediente principal

Junto a los materiales y herramientas necesarios, la técnica es lo que permite al escultor, mostrar su arte. Como bien nos dice nuestra amiga de Anglada Escultura, escultora por vocación y con una larga trayectoria a sus espaldas, la elección del material, impone la técnica, pero el arte, se impone a ambas. Por otro lado, los estudiantes de arte, observan y analizan cada pequeño detalle y lo que se pretende tratar o mostrar con cada creación. Aunque la mayoría ignoramos lo que hay detrás de cada obra y el artista que la crea. De ahí que, en este artículo, queramos hablar de los materiales y lo que implica el uso de cada uno, así como las técnicas más utilizadas para crear verdaderas obras de arte.

No obstante, los materiales de los que se valen los escultores para dar vida a sus obras de arte, son bastante conocidos. Aunque nunca está de más, recordarlos y conocer un poco más al respecto de los mismos.

Empezaremos por uno de los materiales más utilizados y de los más antiguos. Se trata de la arcilla, uno de los elementos con los que todos, en algún momento de la vida, hemos trabajado meramente por hobby o como tarea escolar. La arcilla, es uno de los materiales que mayor facilidad presenta a la hora de moldear, no requiere del uso de herramientas especiales, basta solo con las manos. El trabajo con este material, permite a los escultores conseguir obras con buenos resultados, muy pulidos y con señales propias del artista, como pueden ser sus dedos. En función de cómo se trabaje el material, los resultados pueden contar con mayor precisión. Existen arcillas de diverso tipo como la natural, la de bola, el gres… Cada artista escoge la que más le convenza en cada momento.

Pasamos a otro de los materiales más utilizados en escultura: la piedra. En este caso de trata de uno de los materiales más abundantes en la naturaleza, proporcionan una durabilidad extrema y los resultados son sorprendentes. Los tipos de piedra más utilizados en escultura son la piedra caliza, el mármol, la arenisca, el alabastro, el granito, el jade y el cuarzo. Deben ser piedras de una gran dureza, puesto que de otro modo, trabajar con piedras más blandas, resulta más complicado a la hora de realizar trabajos minuciosos. Aunque trabajar piedras de mayor dureza, conlleva mayor esfuerzo físico, por lo que el escultor decidirá en cada momento el tipo de piedra a utilizar.

El metal es otro de los materiales utilizados en escultura, las planchas de metales como el oro, bronce, hierro o acero, proporcionan al escultor la materia prima adecuada para realizar determinado tipo de obras. Con el bronce, uno de los materiales más duraderos y difíciles de trabajar, se obtienen excelentes resultado. Sin embargo, en la actualidad, los artistas, apuestan por el hierro reciclado para crear sus esculturas. Para hacerlo, funden el material y lo moldean dándole un aspecto renovado y un aire artístico sin igual.

En la lista no puede faltar la madera para crear las figuras más delicadas. Este material, debido a sus propiedades físicas, ofrece unos muy buenos resultados a la hora de elaborar una escultura. No es de extrañar que se trate de uno de los materiales más utilizado a lo largo de la historia. De hecho, es uno de los preferidos a la hora de realizar obras con detalle y formas delicadas, como ejemplo, recordemos los retablos góticos.

El marfil extraído de los colmillos de algunos elefantes como los elefantes, ha sido utilizado para elaborar esculturas desde hace siglos, sobre todo en la época románica. Se trata de un material fácil de cortar que, tras ser sumergido en una mezcla de aceite de almendras y vinagre, se moldea con facilidad.

Por último, citaremos el hormigón, como opción para esculpir figuras. En este caso, hablamos de uno de los materiales más recientes para los escultores, puesto que ha adquirido gran importancia, debido a su economía. Además se puede exponer al aire libre y proporciona diferentes texturas gracias a los cinceles o limas utilizados.

La técnica que culmina en una obra de arte

Una escultura no es solo una forma. Va más allá. Captura emociones, cuenta historias y transmite conceptos complejos, mediante el uso de materiales inanimados. Desde la antigua Grecia hasta el arte contemporáneo, el arte de la escultura ha evolucionado de forma inevitable y fascinante. Eso puede verse a través de los materiales utilizados y, por supuesto, las técnicas aplicadas en cada creación.

Cada método proporciona unos resultados y permite al artista dar vida a su creación, por lo que no está de más, conocer algunos de ellos.

Empezaremos por el más simple que no sencillo: el modelado. Esta técnica de escultura permite a los escultores trabajar con materiales blandos como la arcilla. Permite crear de forma intuitiva, ya que se manipula de forma directa con las manos, lo que permite una exploración de la forma y textura con mayor profundidad. Los beneficios de esta técnica, son la flexibilidad creativa que permite hacer cambios en el momento, la accesibilidad al material y la maleabilidad que permite crear acabados finos. En contra tenemos su fragilidad y la limitación del tamaño, puesto que resulta complicado modelar a gran escala.

Pasamos a otra técnica que requiere de mayor precisión y paciencia: el tallado. En este caso, se trata de un proceso sustractivo en el cual el escultor, elimina cualquier material de un bloque sólido, sea madera, piedra o cualquier otro tipo. Los beneficios del tallado, pasan por la durabilidad, la riqueza que proporciona la textura y el impacto visual que ofrece. Sin embargo se trata de una técnica de mayor dificultad y que requiere mayor dedicación, puesto que se trata de un proceso lento.

Una de las técnicas más modernas es el ensamblaje que, consiste en unir diferentes materiales con la finalidad de crear una obra de arte. Esta técnica puede incluir elementos encontrados, objetos reciclados y materiales industriales. Como beneficios frente a otras técnicas, permite una mayor innovación, experimentar con muchos materiales y formas. Al mismo tiempo que deja contar historias complejas y resulta en gran medida sostenible. En contra, tiene la fragilidad que presentan algunos materiales o la subjetividad de la interpretación.

Por último, citaremos una de las técnicas más utilizadas en la escultura contemporánea: el moldeo. Estás técnicas permiten la creación de copias exactas de una escultura original. Se utiliza generalmente para realizar trabajos en metales como el bronce. Uno de sus mayores beneficios es precisamente ese, permite la reproducción exacta de una pieza y, puesto que se utilizan metales, proporciona unos resultados muy duraderos, además de ser muy versátil a la hora de utilizar materiales. Como inconvenientes, podemos aludir su elevado coste, ya que hay que producir los moldes y manejar metales de mayor coste. Además elimina la percepción de autenticidad, por lo que los observadores pueden cuestionar el valor artístico de la obra.

A la hora de diseñar una escultura y optar por una u otra técnica, es conveniente recurrir a un enfoque estratégico, en función del método a aplicar. Investigar cada método y material, realizar prototipos en un material más económico antes de realizar el trabajo final, practicar y practicar… Encontrar la inspiración en referencias visuales para guiar el diseño y colaborar con artistas expertos en caso de necesidad.

Teniendo en cuenta todos estos aspectos, los diferentes materiales que se pueden utilizar y las técnicas de aplicación para crear una escultura, podemos asegurar que los escultores, trabajan mucho antes de presentar su obra.

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