Buscábamos un chalet en la sierra que se adaptara a nuestros gustos. Nos encantan las típicas casas de montaña alpinas y una blanca con el techo de pizarra era nuestra perdición. No fue fácil de encontrar, pero al final dimos con una que se adaptaba a nuestras características. Lo que no podía ser es tan perfecta, ya que cuando la vimos, el vendedor fue sincero y nos dijo que el techo de pizarra, que desde fuera no se veía mal, estaba bastante perjudicado.
La casa necesitaba una reforma ligera en su interior, pero el techo sería la principal inversión, algo necesario en una zona de clima de montaña, no era un capricho estético. Para solucionar esto nos dejó algunas webs de empresas de pizarra que trabajan por la zona.
Estuvimos mirando webs y la que nos dio más confianza fue Pizarras y derivados, una empresa que parecía seria y a la cual no dudamos en llamar. El presupuesto que nos dio era bastante aceptable y nos decidimos por ellos. Otras personas quizás mirarían en todos, pero nosotros queríamos empezar lo antes posible ante la cercanía del invierno y nos parecía de confianza la empresa.
Podemos decir que dimos en el blanco, puesto que la empresa se comportó magníficamente, nos explicaron todo lo que iban a hacer y cómo lo harían, algo siempre instructivo. A la hora de trabajar en lo que vi, me parecieron meticulosos y serios, algo que siempre viene bien en este tipo de trabajo.
Una vez acabado el techo, la verdad es que la casa ganó enteros. Lo que notamos sobre todo es que las temperaturas no eran tan bajas, ya que la pizarra es especialmente eficaz resguardando la casa de las temperaturas. Mucha gente no lo sabe, pero esa es una de las razones principales por las que se suele recurrir en las zonas de montaña a la pizarra.
Luego nos tocó reformar algunas partes del exterior que, como es lógico habían sufrido los rigores del invierno. Es importante conservar bien una casa de montaña, ya que aquí el clima no concede tregua y cualquier defecto se nota y mucho.
Nuestra casa iba a ser residencia de fin de semana, pues adoro la vida en el campo y me pareció una buena alternativa para el ocio y disfrute de la familia. Tanto a mi mujer como a mí, siempre nos han encantado las rutas de senderismo y aquí, en cuanto que el tiempo es aceptable nos embarcamos en una.
Revisar el estado de la casa fundamental
Mi recomendación para todos los que queráis una casa en la sierra, es que reviséis muy bien el estado de la casa y también todo lo que tiene, pues en ocasiones hay ciertas cosas que pensamos que estás bien y no lo están. En caso de que esto ocurra, nos puede pasar que haya que realizar una obra de cierta envergadura para que la casa sea habitable con una cierta comodidad.
No dejemos nada a la improvisación, puesto que en una zona de playa, el clima, permite dilatar algo más las obras, pero en zonas de montaña, detectar algo puede hacernos ahorrar bastante energía y mantener el lógico confort que uno necesita para habitar la casa.