Hace pocas semanas apareció una noticia en todos los medios de comunicación nacionales que aplaudía el éxito de nuestro idioma al posicionarse en el pódium de los idiomas más hablados del mundo en el segundo puesto, y no es de extrañar. Debemos tener en cuenta que el español no sólo se habla en nuestro país, sino que hay un gran número de países que comparten idioma con nosotros: Colombia, Puerto Rico, Venezuela, Argentina, Chile, Méjico y otros países que fueron colonias españolas en siglos pasados.
Todo eso está muy bien porque conseguir ser uno de los idiomas con más hablantes en el mundo significa que cada vez hay más empresas cuya lengua materna es el español y eso es perfecto en muchos sentidos empresariales e incluso para mejorar la imagen de la marca España fuera de nuestras fronteras. Ahora bien, parece que la tendencia que tenía este país para preservar las lenguas cooficiales de las diferentes autonomías se está quedando en un segundo plano y eso no es nada bueno.
España es un país con una gran diversidad cultural por el que han pasado numerosos pueblos desde tiempos inmemoriales y eso ha dejado en nuestro haber huellas que marcan nuestras tradiciones y, por supuesto, nos han dejado diferentes lenguas autóctonas como el catalán, el gallego o el euskera.
Creo que se está perdiendo la idea de proteger nuestras rarezas, eso que verdaderamente nos diferencia como pueblo y no estoy diciendo con esto que esté en contra de la globalización ya que soy consciente de los beneficios que nos aporta, sino que deberíamos hacer fuerza para que, desde el Gobierno, se promueva un poco más el uso de estas lenguas.
El Gobierno Vasco, de hecho, está haciendo una labor encomiable junto a la colaboración de la Fundación Azkue promoviendo el euskera con diversas actividades y aplicaciones como el traductor online, la descarga de libros de lectura gratuitos e incluso juegos para que los más pequeños practiquen el idioma.
Un paso adelante
En este sentido, los gobiernos catalán, valenciano y balear han dado un paso adelante estrechando relaciones para promover el uso del catalán entre la población. No hace demasiados años, las relaciones políticas y los intereses particulares de las tres comunidades, hacían inviable la unión para promover una lengua que es la misma a ojos de los lingüistas más consagrados de nuestro país pero diferente según los políticos de nuestro país. Querían hacer una diferenciación entre el valenciano, el catalán y el balear que no existe realmente, y parece ser que por fin han caído del burro.
La directora general de Política Lengüística del Govern de las Islas Baleares, Marta Fuxà, se ha reunido con la directora general de Política Lingüística de la Generalitat de Catalunya, Ester Franquesa, y el director de Política Lingüística y Multilingüísmo de la Generalitat Valenciana, Ruben Trenzano, en un encuentro con el objetivo de compartir estrategias para impulsar el uso de la lengua.
En el transcurso de la reunión se ha acordado trabajar conjuntamente para garantizar la coherencia, la transparencia y la máxima información pública con respecto al sistema de acreditaciones de lengua de los tres territorios. Un sistema de acreditaciones de conocimientos lingüísticos coherente y claro para los ciudadanos que es un paso importante para reforzar la unidad de la lengua.