Las residencias de ancianos, una opción cada vez más habitual para nuestros mayores

Todos nos hacemos mayores y ninguno de nosotros somos ajenos a que en el futuro acabemos en una residencia de ancianos y es que tan solo hace falta ver como incluso famosos de la talla de Concha Velasco han tomado la decisión de vivir en una residencia. Esto se debe a que con el tiempo nos vamos volviendo más débiles, así como los ritmos de vida actuales nos impiden en muchas ocasiones podernos ocupar en cuerpo y alma de nuestros seres queridos. Por ello, a lo largo de las siguientes líneas queremos mostraros con un poco más de detalle como funcionan y con que servicios cuentan las residencias de ancianos y es que, como os decimos, en muchas ocasiones, esta es la mejor alternativa a quedarnos en casa mal.

Si bien es cierto que, como todo, los tiempos van cambiando, la realidad es que las residencias son uno de los ejemplos más claros de que han sabido adaptarse a las nuevas realidades de la sociedad. En este sentido, tan solo es necesario que nos acerquemos a la residencia Nuestra Señora del Rosario, expertos en el servicio de ayuda a domicilio en Valladolid, para ver como hoy en día nada tienen que ver los servicios que ofrecen con lo que nos podíamos encontrar antaño. Esto se debe a que cada vez somos más los que optamos por pasar nuestros últimos años en una residencia de ancianos y, aunque es cierto que en algunos casos los residentes son dependientes, lo cierto es que en otros no. Esto se traduce en que hoy en día nos podemos encontrar muchas actividades para los residentes, así como planes de ocio.

Y es que, como os decimos, los servicios de las residencias de ancianos pueden variar dependiendo del tipo de centro y es que todo cambia dependiendo de si se trata de un residencia o un centro de día u otro tipo de centro. En este sentido, la diferencia fundamental es que, en las residencias, como su mismo nombre indica, los ancianos residen, es decir, viven ahí, por lo que deben contar con una serie de servicios más específicos y completos, tales como:

  • Trabajador social. Esta persona es la que se encarga de realizar gestiones como renovaciones de DNI, tramitaciones de la Ley de Dependencia, empadronamientos, solicitudes de reconocimiento del grado de discapacidad, entre otras funciones.
  • Enfermería. Esta área es la que se ocupa de proporcionar atención diaria a los residentes desde el cariño y el respecto.
  • Médico. Si bien no es obligatorio en todos los centros, lo cierto es que en la mayoría de ellos esta figura está presente en el centro para ofrecer a los residentes atención personalizada 24 horas. No obstante, cabe apuntar que esto está combinado con el servicio sanitario público.
  • Terapeuta ocupacional. Es el encargado de elaborar un programa de actividades según las necesidades y limitaciones de cada paciente, con el objetivo de lograr su máxima funcionalidad e independencia.
  • Esta persona proporciona tratamiento mediante diversas terapias para afecciones como ictus, fracturas de cadera, enfermedad de Parkinson, patologías osteoarticulares…
  • Las residencias cuentan con un servicio de comidas. Estas son elaboradas teniendo en cuenta las necesidades o posibles limitaciones de los residentes.
  • Tanto dentro como fuera de los centros, los residentes disfrutan de diversas actividades planeadas por los centros con el objetivo de estimular sus capacidades cognitivas y físicas y proporcionar bienestar emocional y físico.
  • Las residencias de mayores cuentan con estancias de diverso tipo que son asignadas en función de si se trata de una estancia permanente o temporal.

¿Cuándo llega el momento de buscar una residencia para nuestros mayores?

Esta es una de las preguntas que muchos de nosotros nos hacemos de forma habitual, pero lo cierto es que no hay una fecha o una edad concreta. Si bien, la entrada en la tercera edad conlleva, en ocasiones, una cierta restricción de las capacidades y esto es algo que dificulta o empeora la calidad de vida de las personas. Eso, por un lado, pero es que, por otro lado, nuestras agitadas vidas nos impiden a menudo ofrecer la atención que puede llegar a precisar nuestro familiar querido. En este sentido, una residencia de mayores puede proveer de los cuidados necesarios y, además, adaptados a las necesidades individuales de cada persona. No obstante, lo cierto es que puede suceder que estos servicios no se requieran de manera permanente. Así pues, podemos distinguir dos tipos de estancias:

  • Permanentes: los beneficiarios son personas que precisan atención en actividades cotidianas como el aseo, alimentación, desplazamientos… Este tipo de estancia asegura su bienestar.
  • Temporales: tienen lugar por un tiempo limitado, bien por un plan de rehabilitación o por necesidades de los familiares. Durante su estancia se benefician de todos los servicios que ofrece el centro.

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