En pleno siglo XXI todavía existe la lucha con el sexismo infantil

Próximamente llega la fiesta de carnavales, y tanto adultos como pequeños se suman a  la costumbre del disfraz y la fiesta, tanto en colegios, urbanizaciones o locales de fiesta, la gente no deja pasar la ocasión sea cual sea la excusa de pasarlo bien.

Pero en este artículo no vamos a hablar de la fiesta ni de las motivaciones que llevan a la gente a apuntarse a la moda del carnaval. De lo que nos interesa hablar en estas líneas es de los disfraces y el sexismo que existe a la hora de elegir el traje, sobre todo en los niños, por el que muchas personas optan para disfrazarse.

Seguimos en la lucha contra los estereotipos y el sexismo

Resulta muy llamativo que hoy en día, en pleno siglo XXI, se sigan perpetuando los comportamientos y estereotipos sexistas, lamentablemente se continua etiquetando todo lo que nos rodea, a las personas por su género, condición e identidad sexual, así como todo lo que debe o no debe ser o con lo que uno debe o no debe identificarse. Si lo que pretendemos es construir y vivir en una sociedad evolucionada y abierta, sin prejuicios de ningún tipo, sin discriminaciones ni exclusiones, esta sociedad debe hacer un ejercicio de mirada retrospectiva, hacer examen de conciencia, pues todos, el que más y el que menos se deja llevar por los estereotipos, y aunque podamos creer que hemos superado la mentalidad cerrada y arcaica, cotidianamente caemos en prejuicios y normas sociales que han dejado de tener valor pues afortunadamente hemos evolucionado muchísimo en este camino. En definitiva, todos podemos caer en esos errores de los que huimos en los últimos tiempos, pero lo importante es ser consciente de ello, de que no somos perfectos y de que seguimos aprendiendo y sobre todo de que queremos cambiar las cosas para construir una sociedad mejor.

Parece mentira que tengamos que hablar de estereotipos y sexismo en algo como los disfraces y el carnaval, pero lamentablemente esto sigue sucediendo. Es muy común, cercano, y de fácil comprobación que esto sigue sucediendo cuando ojeamos revistas de jugueterías y disfraces es bastante habitual observar cómo nos dirigen en el camino de las etiquetas y el sexismo, es demasiado habitual ver disfraces de oficios tradicionalmente masculinos dirigidos hacia los niños a pesar de que hoy en día cualquier persona puede ser por ejemplo médico o enfermero, conductor de autobuses o policía, eso de que el hombre es el doctor y la mujer la enfermera, por suerte es anacrónico. Es lamentable entrar en un pasillo y encontrar los disfraces clasificados según sexos, a un lado los de hombre o niño, y a otro lado los de mujer o niña, ¿acaso un niño no puede jugar con una cocinita? ¿Acaso de la misma manera una niña no puede disfrazarse de Superman? ¿Cuál es la esencia del disfraz? Disfrazarse de otra identidad para no ser reconocido, ¿qué más da de qué se disfrace o quién? Resulta muy triste que se le siga diciendo a las niñas que deben ser princesitas, como Frozen… si queremos que esta sociedad cambie debería empezar por no encorsetar a los niños en nada, que sean lo que quieran ser y se expresen como quieran hacerlo…pero si los adultos somos los responsables de su educación y su formación moral, debemos empezar por reforzar su autoestima y su personalidad en lugar de anularla, ¿no será mucho mejor que una niña quiera seguir el ejemplo de Superwoman o un superhéroe? Si queremos niños fuertes e independientes, inteligentes y centrados debemos fomentar buenos ejemplos, menos princesas y más científicas, menos mujeres aburridas y sumisas y más mujeres fuertes y con carácter.

Desde Carnaval y mucho más nos aseguran que han detectado en el estudio de sus ventas que cada vez más se compran disfraces no sexistas para niños, pero el porcentaje de disfraces según sexos sigue siendo mayor. De esto debemos extraer que somos los adultos, padres, abuelos, y la sociedad en general, los que debemos hacernos responsables de estas actitudes, no son los niños los que compran, sino nosotros, somos los responsables de su educación, debemos concienciarnos y tomar cartas en el asunto y enseñar a nuestros niños que pueden ser quienes quieran ser, vestirse como quieran y jugar con lo que quieran.

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