Quizás si esta historia se la contáramos a nuestros padres o a nuestros abuelos pondrían cara de póker, de no entender nada y de decir que el mundo se ha vuelto loco. Ellos eran más de luchar por unos derechos laborales más clásicos y claros. Reducción de jornada laboral, aumento de sueldo, condiciones laborales para no poner en riesgo la vida, no trabajar los fines de semana, etc. Era cuando los sindicatos tenían mucha importancia y presión. Pero es que los tiempos han cambiado, y ahora, por suerte, todas estas cosas están conseguidas, y la sociedad pide otro tipo de luchas.
Y es aquí donde se incluye una conciencia ecológica. Sí, seguro que has oído eso de hablar de la lucha de clases, de la conciencia social…pues en los tiempos que corren, hay que introducir también la conciencia ecológica de los trabajadores. Porque también es nuestra lucha. Sin ir más lejos, la historia que hoy os contamos es un ejemplo de cómo un trabajador puede cambiar también en estos tiempos, la lucha de clases.
En este caso, hablamos de Mario, un trabajador que desde el primer día estuvo comprometido con el medio ambiente. Aquí si me gustaría decir que esto no es cuestión de ideología, creo que para pensar en que el medio ambiente es vital, no hay que ser de derecha, de izquierda o de centro, simplemente tener anchura de miras y comprobar que el planeta cada vez está peor. En este caso, nuestro protagonista trabajaba en una fábrica de productos químicos que, sin que él lo supiera al inicio, estaban contaminando gravemente el agua de buena parte de su ciudad, preferimos no dar el nombre para no meter en líos a nadie. Cuando él se enteró de esto, decidió actuar. Y es que es siempre lo que nos falta, voluntad.
Conciencia y orgullo
Fue en ese momento, como si de un obrero del siglo XIX; en plena revolución industrial, se tratara, levantó la voz en la empresa y se negó a participar en las tareas que contribuían a esa contaminación del agua. Él siempre fue de cara, incluso explicó a sus jefes que su conciencia ecológica le impedía colaborar en la destrucción del medio ambiente. Así de claro. Una conciencia cada vez más presente entre los ciudadanos, pero que nunca nos atrevemos a llevar adelante.
Es en este punto donde es cierto que hay que contar con asesoramiento jurídico, porque nos podemos ver perdidos en este tipo de asuntos. Así nos lo indican desde Asesoría Capellas, ya que debido a la complejidad de la legislación vigente y a los cambios continuos que se producen es mejor ponerse en buenas manos. Y más en un aspecto como es la legislación de medio ambiente, que nada tiene que ver con la que se vivía hace años. Ahora mismo, y por suerte, esto está muy controlado y se exigen muchos aspectos legales.
Por supuesto, la postura no gustó a sus jefes que desde el primer momento le presionaron para que retomara sus labores y funciones. Como puedes comprobar, este caciquismo es algo que nunca cambia, sea el siglo que sea. Sin embargo, Mario se mantuvo firme en su posición y decidió presentar una denuncia ante las autoridades competentes. Un paso más dentro de su valentía, porque muchas veces las palabras se quedan en el viento, pero nunca se plasman en un papel. Él no tuvo miedo de hacerlo.
Batalla legal
Y sí, como os podéis imaginar, todo este caso llegó a los tribunales. Tras una larga batalla legal, en la que Mario contó con el apoyo de diferentes asociaciones ambientales, de medios de comunicación y de la sociedad civil, esto es algo que no suele suceder, pero ahora se confirma. Finalmente se ganó el juicio. La fábrica fue obligada a detener sus actividades contaminantes y a realizar reparaciones en el ecosistema dañado. Una especie de batalla entre David y Goliat, donde de nuevo el pez chico había triunfado.
Como os podéis imaginar, Mario se ha convertido en un ejemplo de compromiso y valentía para muchos. Ha demostrado algo que en estos tiempos donde mucha gente tiene un precio, que es posible luchar por un mundo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente, incluso desde el ámbito laboral. La verdad es que su decisión de seguir su conciencia ecológica, logró impulsar un cambio positivo. Todos deberíamos hacer lo mismo, aunque es cierto que muchas veces la situación personal de cada uno nos lo impide.