Hace poquito fue mi cumpleaños y tuve la suerte de que me regalasen muchas cosas entre mis familiares y amigos. Parece ser que este año me he portado muy bien. La mayor parte de estos regalos consistieron en ropa y también en calzado. Quizás el que mayor ilusión me hizo fueron unas botas de fútbol personalizadas con mi nombre y el dorsal con el que juego en el equipo de mis amigos. Pensaba que esto para solo para profesionales, pero en Marian’s Sport, una tienda de Mallorca con comercio online, se pueden comprar también. El caso es que al principio no sabía qué hacer con mis botas viejas y con la otra ropa usada porque no me cabía todo en el armario, así que tuve que informarme acerca de cómo reciclarla.
En mi caso debía aprovechar estos regalos para renovar un poco el vestuario, porque tenía mucha ropa que ya apenas se llevaba, como camisas de rayas diagonales o pantalones de pana, y también porque otra ropa estaba ya un poco sobada por el paso del tiempo y los muchos lavados a los que se había sometido. No es que estuviese rota, pero está claro que hay determinadas prendas que ya no son adecuadas para ir a trabajar. Pero eso no quita que no puedan tener una segunda vida y resultar útiles, en lugar de ir a engrosar metros y metros cuadrados de vertederos. Pues bien, para reciclar tenemos diferentes opciones:
- Contenedores de ropa y calzado. En muchos puntos de la ciudad se encuentran instalados contenedores para depositar tanto ropa como calzado usados. Es muy sencilla decantarse por esta opción, ya que siempre suele haber alguno cerca de casa y no hay grandes requisitos. Se echa la ropa al cubo por una puerta que se abre solo para introducir las prendas mientras que los zapatos o las zapatillas tienen que estar metidos dentro de una bolsa para que sea más sencillo localizar el par. No obstante, hay que tener mucho cuidado a la hora de elegir el contenedor al que echar nuestras prendas y calzado, y es que hay muchos de ellos que son ilegales. Normalmente estos contenedores los ponen organizaciones no gubernamentales que llegan al acuerdo de explotarlos con el Ayuntamiento. Después, esta ropa es entregada a los más desfavorecidos o se pone a la venta en mercadillos legales para poder sacar beneficios para financiar los proyectos de estas ONG. Pero hay otros que son puestos por bandas que se dedican a sacar beneficio propio de estas prendas. Las venden en mercadillos de España, tan afectada por la crisis, o las mandan para vender en países de Sudamérica o el Magreb. De esta forma, se lucran ellos mismos.
- Otra de las opciones para deshacernos de la ropa que ya no vamos a usar y procurarse un fin sostenible es entregarla en las tiendas que ofrecen esta opción, como es el caso de H&M o Intimissimi. Estas firmas procuran darle un nuevo uso a la ropa que está todavía en buen estado, mientras que envían a reciclar las prendas de más difícil arreglo para que no se pierda la posible utilidad del tejido. Además, en estas firmas suelen ofrecernos algo a cambio de entregar la ropa, como es el caso de cupones descuento para utilizar en otras compras en la tienda. Asimismo, por ejemplo, en caso de la multinacional sueca, entregan también 0,02 euros a una ONG por cada kilo de ropa recogido.
Más opciones para darle salida a las prendas usadas
Pero no hace falta dejarlo todo en manos de los demás. Nosotros mismos podemos acudir a alguna tienda de segunda mano a ofrecer nuestras prendas y sacar también un beneficio por las mismas. Asimismo, podemos también entregarla directamente a alguna ONG o alguien que pensemos que le pueda dar un buen uso. De hecho, muchas veces cualquiera de nosotros se encuentra a alguien pidiendo en la puerta del supermercado o en algún semáforo del camino al trabajo. Si le damos una prenda de su talla y se la vemos otro día, nos daremos cuenta del buen uso que le está dando y nos sentiremos también gratificados con nuestra acción.