La edad idónea para estudiar

Es posible que rebuscando en Internet encontremos algún estudio sobre a qué edad nuestro cerebro es más receptivo al estudio pero en opinión de muchos expertos eso no es más paja mojada. El cerebro, como cualquier otro músculo del cuerpo, puede entrenarse, y una vez que se ejercita a diario acaba desarrollándose y estando más preparado. Teniendo esto en cuenta, ¿quién dice cuál es la edad idónea para estudiar? ¿Quién puede determinarla? No hay un límite de años para poder estudiar algo, como tampoco lo hay para proponértelo.

Os quiero presentar a Ana María Moreno. Sufrió un accidente de tráfico hace muchos años, algo que marcó su vida en muchos sentidos y uno de ellos fueron los estudios. Jamás llegó a entrar en la Universidad, algo que siempre había querido. De hecho, tuvo que aprender de nuevo cosas tan básicas como gramática pues su cerebro, a raíz del golpe sufrido, tuvo que aprender muchas cosas desde cero.

De pequeña quería ser fisioterapeuta pero, como no pudo ser, se convirtió en una de las mejores quiromasajistas que ha pasado por la Escuela Centro Qb en Marbella, y no era la mejor porque tuviera un don especial, sino porque para ella era importante y lo daba todo de sí misma.

A los 31, tras quedar embarazada, visitó la Clínica Istabba para hacerse una ecografía de esas modernas en las que prácticamente puedes ver la cara de tu bebé y quedó asombrada por los avances que había hecho el campo del radiodiagnóstico y, ni corta ni perezosa, tras dar a luz, estudió el FP de Técnico Superior en Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear.

Acabó con 33 años y se quedó con ganas de más, recordó sus años juveniles cuando pensaba que sería la mejor fisioterapeuta del mundo y se preguntó a sí misma “¿por qué no?”. Y tras prepararse el acceso a la universidad para mayores de 25 años en el Centro Universitario San Bernardo empezó un grado en la Universidad que la llevaría a cumplir su sueño a los 37 años, justo el año pasado, por lo que podemos decir que, hoy en día, ha conseguido lo que se proponía y mucho más, a pesar de los baches que le ha puesto la vida.

No te limites

¿Quién dijo que estudiar con 33 años podía ser más difícil que estudiar con 20? Las limitaciones nos las ponemos nosotros mismos y luego la sociedad nos dice que tenemos razón. ¿Sabéis qué hacen los jóvenes en la Universidad cuando ven a gente en su clase con 40 y 50 años? La tendencia generalizada, salvo casos excepcionales, es a aislar a esas personas, no las quieren en  sus grupos de trabajo y mucho menos para tomar un café en el club social ¿Y por qué? Porque hay una creencia absurda de que esas personas serán peores que las jóvenes en los estudios, que les costará más aprobar y que para lo único que sirven es para coger apuntes.

Es indignante pero cierto. Nuestra sociedad discrimina por sexo, estatura, peso, belleza, edad, condición sexual, empatía e incluso por tener una personalidad más o menos abierta. Y lo pero de todo es que lo permitimos.

El cerebro no tiene límite de edad para su uso, la única barrera que le puede frenar es una enfermedad degenerativa como el Alzheimer o las trabas que te pongas tú mismo. Estudia si quieres, tengas la edad que tengas, porque en esa vida nunca se debe dejar de aprender.

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