¿A quién no le gusta el queso? El queso nos ha acompañado desde hace generaciones, y siempre ha estado con nosotros para brindar en las fechas más importantes: Navidad, Año Nuevo, una boda, un ascenso… Cualquier momento es bueno y perfecto para cortar unas cuantas lonchas de queso, acompañarlo con picos y con una cervecita fresquita, y degustar este deleite que, sin duda, hace suspirar a más de uno con tan solo leer esta descripción.
Pero muy poco o casi nada sabemos de la amplia gama de beneficios que esta maravilla de la gastronomía tiene en nosotros. ¡Si lo supiésemos, lo comeríamos más!
El queso y sus orígenes
El origen exacto del queso es desconocido debido a su larga historia y a la falta de registros escritos sobre su producción. Sin embargo, se cree que el queso se originó hace unos 8.000 años en el Medio Oriente, en las regiones que hoy en día se conocen como Irak, Siria y Turquía.
La producción de queso probablemente comenzó como una forma de conservar la leche, ya que era difícil refrigerarla y almacenarla durante largos períodos de tiempo. Los primeros quesos se hacían en recipientes de cuero o estómagos de animales, que contenían enzimas naturales que cuajaban la leche. Con el tiempo, la producción de queso se expandió a otras partes del mundo, y los quesos comenzaron a desarrollarse en diferentes formas y sabores.
En Europa, la producción de queso se desarrolló a lo largo de la Edad Media y se convirtió en una parte importante de la dieta de la población. Los monjes de las abadías y los conventos jugaron un papel importante en el desarrollo de nuevos estilos de queso y en la producción en masa de queso. También se cree que el clima y la topografía de Europa influyeron en el desarrollo de quesos regionales específicos.
En América, los quesos fueron introducidos por los colonizadores europeos, y se produjeron inicialmente en pequeñas granjas y casas. A medida que la producción de queso se expandió en América del Norte, también lo hizo la variedad de quesos que se producían.
Hoy en día, el queso es producido en todo el mundo y en una amplia variedad de estilos y sabores. La producción de queso también se ha vuelto más industrializada y controlada, lo que ha llevado a un aumento en la calidad y la consistencia del producto.
El queso sigue siendo un alimento popular en muchas culturas y se consume en todo el mundo en una variedad de platos y recetas.
Beneficios del queso para la salud
Cuando se toman las cantidades correctas de cierto tipo de alimentos, pueden aportarnos una serie de beneficios que pueden ser muy buenos para la salud de nuestro cuerpo. Este es el caso del queso, que tiene tantos aportes beneficiosos para nosotros como no te imaginas
- Fuente de proteínas: El queso es una excelente fuente de proteínas, un macronutriente esencial que desempeña un papel importante en la construcción y reparación de tejidos en el cuerpo. La proteína también ayuda a mantener la masa muscular y puede ser especialmente importante para aquellos que hacen ejercicio con regularidad. Los quesos con alto contenido proteico pueden ser una buena opción para aquellos que buscan aumentar su consumo de proteínas.
- Fortalecimiento de los huesos: El queso es rico en calcio, un mineral esencial para el fortalecimiento de los huesos y dientes. El calcio también ayuda a mantener un ritmo cardíaco normal, ayuda en la coagulación de la sangre y apoya la función muscular y nerviosa. Una porción de queso de 30 gramos puede proporcionar hasta el 30% de la ingesta diaria recomendada de calcio. Además, algunos tipos de queso, como el queso feta y el queso suizo, también son ricos en vitamina K2, que ayuda en la absorción del calcio y lo lleva a los huesos y dientes.
- Mejora de la salud dental: Contiene calcio y fósforo, que son minerales importantes para la salud dental. Estos minerales ayudan a fortalecer el esmalte dental y pueden prevenir la caries dental y la enfermedad de las encías. Además, algunos estudios han encontrado que el consumo de queso puede ayudar a aumentar la producción de saliva, lo que puede ayudar a neutralizar los ácidos que causan la caries dental.
- Rico en nutrientes: El queso es una buena fuente de varios nutrientes importantes, como la vitamina B12, que es esencial para la salud del cerebro y el sistema nervioso. El queso también es una buena fuente de zinc, un mineral importante para el sistema inmunológico y la salud de la piel, así como de selenio, un antioxidante que puede ayudar a proteger las células del cuerpo contra el daño oxidativo.
- Ayuda a la digestión: Algunos tipos de queso, como el queso cheddar y el queso suizo, contienen bacterias beneficiosas, como el lactobacilos y el bifidobacterium, que pueden ayudar a mejorar la digestión y mantener un equilibrio saludable de bacterias en el tracto digestivo. Estas bacterias beneficiosas también pueden ayudar a mejorar la función inmunológica y reducir el riesgo de enfermedades inflamatorias intestinales.
Desventajas de consumir queso en exceso
Como todo, abusar de cierto tipo de alimentos puede dañarnos. El queso no se libra de ello…
- Aumento de peso: El queso es rico en grasas y calorías, por lo que su consumo excesivo puede llevar a un aumento de peso no saludable. Esto se debe a que el exceso de calorías en la dieta se almacena como grasa en el cuerpo, lo que puede llevar a un aumento de peso y aumentar el riesgo de obesidad.
- Aumento del colesterol: El queso también es rico en grasas saturadas y colesterol, lo que puede aumentar los niveles de colesterol en la sangre y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas. Las grasas saturadas se han relacionado con un aumento del colesterol «malo» (LDL) en la sangre, lo que puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
- Problemas digestivos: Algunas personas pueden experimentar problemas digestivos como dolor abdominal, hinchazón y diarrea debido al consumo excesivo de queso. Esto se debe a que el queso es alto en grasas y puede ser difícil de digerir para algunas personas. Además, las personas que son intolerantes a la lactosa pueden experimentar síntomas desagradables si consumen demasiado queso.
- Problemas de salud: El consumo excesivo de queso también puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y el cáncer. Esto se debe a que el queso es rico en grasas saturadas y puede contribuir al desarrollo de estas enfermedades.
- Intolerancia o alergia: Algunas personas pueden ser intolerantes a la lactosa o alérgicas al queso, lo que puede provocar síntomas desagradables como náuseas, vómitos, dolor abdominal y erupciones cutáneas. Las personas que son intolerantes a la lactosa no producen suficiente lactasa, una enzima necesaria para digerir la lactosa presente en el queso y otros productos lácteos. Las personas que son alérgicas al queso pueden experimentar síntomas graves como dificultad para respirar y anafilaxia.
El queso de origen natural es, además, mucho más saludable para nosotros
Hay que tener en cuenta que muchos alimentos contienen aditivos para conservarlos mucho más tiempo. Esto, por supuesto, no son naturales, y pueden hacernos mucho daño en el organismo. Por lo tanto, una buena opción para ingerir queso y asegurarnos de que este no sea perjudicial debido a los aditivos químicos que posee es, directamente, consumir queso de origen natural.
Desde Adiano nos explican que el producto final no es lo único importante. Para ellos, una parte fundamental en la elaboración del queso es tener presentes todas las fases que supone producir un queso, sea del tipo que sea.
Una buena forma de asegurarnos de que el queso es completamente natural es que los animales de los que vamos a sacar la leche para producirlo se alimenten de productos completamente naturales. Nada de químicos, nada de pastillas.
Exactamente, ¿qué es el queso de origen natural?
El queso de origen natural se refiere a aquellos quesos que se elaboran utilizando ingredientes naturales y sin la adición de aditivos artificiales. Estos quesos son producidos a partir de leche cruda o pasteurizada y se someten a procesos de maduración y envejecimiento natural para obtener su sabor y textura distintivos.
Para elaborar queso de origen natural, se necesita leche de alta calidad, que puede ser de vaca, cabra u oveja. La leche se coagula mediante la adición de cuajo o mediante la acidificación natural y se corta en pequeños trozos para liberar el suero. Luego, se moldea el queso y se somete a un proceso de maduración natural, que puede durar desde unas pocas semanas hasta varios años, dependiendo del tipo de queso.
El queso de origen natural tiene varios beneficios para la salud, ya que contiene una gran cantidad de proteínas, calcio y otros nutrientes importantes. Además, al no contener aditivos artificiales, es menos probable que cause reacciones adversas en personas sensibles a los productos químicos y conservantes.
Algunos ejemplos de quesos de origen natural son el queso cheddar, el queso suizo, el queso brie, el queso feta y el queso azul. Es importante tener en cuenta que, aunque el queso de origen natural puede ser más saludable que el queso procesado, todavía es importante consumirlo con moderación, ya que contiene grasas y calorías que pueden contribuir al aumento de peso y al aumento del colesterol en la sangre.